Todos los caballos domésticos necesitan un dentista de forma regular para sus cuidados odontológicos, del mismo modo que todos necesitan un podólogo o un herrador que les cuide los cascos. Los dientes, al igual que los cascos, crecen continuamente y tienen a menudo un desgaste escaso e irregular debido a la domesticación. Lo recomendable es una visita anual desde que se comienza a domar el caballo. Sin embargo, hay caballos que requieren un tratamiento más frecuente: potros de 3 a 5 años, caballos en alta competición o animales con patologías dentales.
A menudo se oyen expresiones como: “mi caballo tiene puntas” o “a mi caballo le han salido algunas puntas”. En realidad, todos los caballos tienen puntas afiladas, puesto que es algo natural en su anatomía. Pero el poco desgaste de estas puntas debido a la forma en que alimentamos a nuestros caballos y las exigencias de la vida del caballo doméstico (p.e. el uso de la embocadura), hace que sean a menudo una causa de incomodidad.
Es interesante tener en cuenta que, a causa de las afiladas puntas, es común encontrar heridas en el fondo de la boca de muchos caballos domésticos, independientemente del uso o no de la embocadura. Las heridas que vemos en las imágenes están causadas por la presión de los propios músculos masticatorios contra las afiladas puntas (flecha roja).
Las necesidades de cuidados odontológicos varían mucho dependiendo del trabajo que tenga que realizar el caballo. En general, el cuidado de la boca del caballo tiene especial relevancia en las disciplinas de salto de obstáculos, doma clásica, enganches y cerreras. Asimismo, las necesidades de la boca del caballo aumentan a medida que lo hace la exigencia en cada disciplina, sobre todo, en el ámbito de la competición.
Todos los caballos necesitan dentista, pero aquellos que compiten en disciplinas de alta exigencia, necesitan cuidados mas especializados y frecuentes.